Antes de comenzar con los consejos, queremos decir que cada paladar es único y nos animamos a probar nuevos maridajes y experimentar sabores. Como ya sabemos, en cuanto a gustos no hay nada escrito.
Estos son algunas reglas básicas para sacar el máximo partido a este maridaje y potenciar el sabor:
1. Intensidad del queso y el vino
Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es que el sabor del queso no sea mayor que el del vino. Si se trata de un queso suave podremos acompañarlo de un vino también suave, pero si aumentamos el sabor del queso tendríamos que acompañarlo de un vino más intenso. De esta forma encontramos el equilibrio sin opacar ningún sabor.
2. Curación del queso
Cuanto más curado esté el queso, mayor será la crianza del vino que escogeremos y al revés. Esta regla podemos aplicarla tanto a vinos blancos como a tintos.
3. Quesos blandos
Sabemos que combinan a la perfección con vinos espumosos, ya que sus burbujas potencian las sensaciones en boca y con su acidez consiguen limpiar el exceso de grasa de este tipo de quesos.
4. Maridaje de proximidad
Sabemos que combinan a la perfección con vinos espumosos, ya que sus burbujas potencian las sensaciones en boca y con su acidez consiguen limpiar el exceso de grasa de este tipo de quesos.