La intención de “maridar” los alimentos es mejorar la experiencia al comer, ya sea que se busque resaltar los sabores del platillo que vamos a comer o bien crear un nuevo sabor en tu boca, dependiendo de con qué lo vas a acompañar.

Hablando de maridaje para carnes rojas, se recomienda que los cortes magros se pueden acompañar con vinos de taninos no tan intensos y de complejidad moderada como lo puede ser vinos tintos jóvenes o  de intensidad media como un merlot. Sin embargo, pudiera ser una excelente opción también maridarlas con un blanco de intensidad mediana que tenga  estructura, la cual se obtiene de la barrica.

Conforme se encuentre mayor cantidad de grasa o marmoleo en el corte, como el caso del ribeye, se puede optar por vinos potentes, de mayor estructura y complejidad; para estos cortes recomendamos una amplia variedad de vinos que compartimos a continuación.

1. Emilio Moro, Tempranillo, Ribera del Duero, España
2. Gran Ricardo mezcla de 3 uvas Cabernet, Merlot y Petite Verdot, Valle de Guadalupe México
3. Knights Valley Cabernet Sauvignon, Napa,  Estados Unidos

4. Montes Alpha Syrah Colchagua Valley, Chile

Las secciones que menos se mueven son las más concentradas en sabor: el lomo y el costillar principalmente. De ahí se despliegan una serie de cortes que, de acuerdo con su nacionalidad recibirán diferentes nombres y son perfectos para el asador.